Cronos
En Santiago de Chile
Los
días
son
interminablemente
largos:
Varias eternidades en un día.
Nos desplazamos a lomo de luma
Como los vendedores de cochayuyo:
Se bosteza. Se vuelve a bostezar.
Sin embargo las semanas son cortas
Los meses pasan a toda carrera
Y los años parecen Que volaran.
Advertencia
Yo no permito que nadie me diga
Que no comprende los antipoemas
Todos deben reír a carcajadas.
Para eso me rompo la cabeza
Para llegar al alma del lector.
Déjense de preguntas.
En el lecho de muerte
Cada uno se rasca con sus uñas.
Además una cosa:
Yo no tengo ningún inconveniente
En meterme en camisa de once varas.
La fortuna
La fortuna no ama a quien la ama:
Esta pequeña hoja de laurel
Ha llegado con años de retraso.
Cuando yo la quería
Para hacerme querer
Por una dama de labios morados
Me fue negada una y otra vez
Y me la dan ahora que estoy viejo.
Ahora que no me sirve de nada.
Ahora que no me sirve de nada.
Me la arrojan al rostro
Casi
como
una
palada
de
tierra…