Poemas recomendados de Colombia

Poemas recomendados de Colombia

“Descubre en nuestra selección mensual la esencia y fervor de poetas venezolanos que, con su pluma, trazan la rica tapezaña emocional de su tierra. Cada verso es un viaje, una invitación a vivir la intensidad y magia de Venezuela a través de sus voces líricas.”
Aurelio Arturo

“Silencio”

Cabelleras y sueños confundidos

cubren los cuerpos como sordos musgos

en la noche, en la sombra bordadora

de terciopelos hondos y olvidos.

 

Oros rielan el cielo como picos

de aves que se abatieran en bandadas,

negra comba incrustada de oros vivos,

sobre aquel gran silencio de cadáveres.

 

Y así solo, salvado de la sombra,

junto a la biblioteca donde vaga

rumor de añosos troncos, oigo alzarse

como el clamor ilímite de un valle.

 

Ronco tambor entre la noche suena

cuando están todos muertos, cuando todos,

en el sueño, en la muerte, callan llenos

de un silencio tan hondo como un grito.

 

Róndeme el sueño de sedosas alas,

róndeme cual laurel de oscuras hojas

mas oh el gran huracán de los silencios

hondos, de los silencios clamorosos.

 

Y junto a aquel vivac de viejos libros,

mientras sombra y silencio mueve, sorda

la noche que simula una arboleda,

te busco en las honduras prodigiosas,

ígnea, voraz, palabra encadenada.



Piedad Bonnett

“En el borde”, Lo terrible es el borde: antología poética.

Lo terrible es el borde, no el abismo.

En el borde

hay un ángel de luz del lado izquierdo,

un largo río oscuro del derecho

y un estruendo de trenes que abandonan los rieles

y van hacia el silencio.

Todo

cuanto tiembla en el borde es nacimiento.

Y solo desde el borde se ve la luz primera

el blanco-blanco

que nos crece en el pecho.

Nunca somos más hombres

que cuando el borde quema nuestras plantas desnudas.

Nunca estamos más solos.

Nunca somos más huérfanos.

Baudilio Montoya

“Querella de pena y amor”

Mira, que ya no resisto,

Escucha, es que ya no puedo

Y voy a parar la vida

para decir lo que siento,

Voy a contarle a las nubes

que pasan rayando el cielo,

Que te llamo, que te busco,

que te sigo y te deseo;

Voy a entregar estas voces

que descoyuntan mis huesos,

Para que sepan mañana

que te adoro, que te quiero.

 

¡Ah¡ si te asaltara un lirio,

Si te estrangulara el viento,

Si te robara esos ojos

tan hermosos, un lucero;

Si celebrara ese talle

tan bellamente trianero

El verso jamás oído

de algún poeta bohemio.

María Mercedes Carranza

“Patas arriba con la vida”, Antología.

Moriré mortal,

es decir habiendo pasado

por este mundo

sin romperlo ni mancharlo.

 

No inventé ningún vicio,

pero gocé de todas las virtudes:

arrendé mi alma

a la hipocresía: he traficado

con las palabras,

con los gestos, con el silencio;

cedí a la mentira:

he esperado la esperanza,

he amado el amor,

y hasta algún día pronuncié

la palabra Patria;

acepté el engaño:

he sido madre, ciudadana,

hija de familia, amiga,

compañera, amante.

 

Creí en la verdad:

dos y dos son cuatro,

María Mercedes debe nacer,

crecer, reproducirse y morir

y en esas estoy.

 

Soy un dechado del siglo xx.

Y cuando el miedo llega

me voy a ver televisión

para dialogar con mis mentiras.

Maruja Vieira

“Atardecer del sábado”, Sombras del amor.

Ha llovido en mis manos,

áspero sol, tu lenta quemadura,

tu fuego repetido.

Ahora son más altas

las montañas azules,

más altas y se alejan en perfiles

de cristal y de humo.

Los rumores del día

se pierden en la tarde.

La noche será larga.

A la orilla del sueño

veré pasar las horas,

silenciosas y cálidas.

Mañana

vendrán a saludarme

los ladridos alegres

de mi perro.

Le diré que se calle,

que es domingo.

No hay que ir al trabajo

ni al colegio.

Despertará la niña

cantando. Nos iremos

los tres. Hoy es domingo

y sale la familia de paseo.

y se me habrá olvidado

por la noche

la tristeza.