Poemas recomendados de Honduras

Poemas recomendados de Honduras

Los poemas de Honduras nos transportan al corazón de su historia, naturaleza y cultura. A través de sus versos, los poetas hondureños exploran temas como el amor por la tierra, la lucha social y la belleza de sus paisajes. La poesía hondureña es una ventana a las tradiciones, sueños y desafíos de un país rico en diversidad y espíritu.
Víctor Manuel Ramos

Voy hacia tu cuerpo

Voy hacia tu cuerpo

Para beber los pájaros de tus ríos

Para invadirte con todos los sentidos:

Con la mirada que me permite ver

Los enjambres de enfurecidas abejas enredadas

en las aguas de tu cabello;

Con el oído que me trae el rumor de la palabra placer

que te recorre desde tu cuello hasta los pies,

pasando por tus volcánicos senos con sus pezones como cráteres activos,

Por las sabanas con hálitos de hierbas afrodisíacas de tu vientre,

Y por la gran luna de tu sexo 

reflejada en la quietud de las aguas arriba que surgen en tus muslos;

con mis manos que no solo son el tacto

sino la medida de tu cuerpo y todos sus rumbos;

con el olfato de las aromas de rosa que te bañan por dentro y por fuera. 

Voy hacia tu cuerpo

Con el enceguecido deseo de recorrerte con mis dedos,

Sin premuras, para descubrir la venturosa delicadeza de tus muslos,

las gentiles líneas de tu cadera

y la húmeda hondonada de tu sexo donde hay agua para beber. 

Espérame

Ahí donde el sueño se transmutará en la realidad.

Desnuda para saborear la dulzura de tus formas,

Para trabajar la fertilidad de tus sementeras

Y sembrar en tus profundidades,

Con tu complicidad, porque te amo,

La vida que está en mí,

Que se fundirá con la tuya

Para abrir la ventana

A una nueva primavera.

Froylán Turcios

“Morazán”

¡Inmortal paladín legendario!

Hoy tu nombre se ha escrito en la historia

Con la lumbre de esplendida gloria

Que irradio de tu triste calvario.

 

No es un canto de honor funerario

el que arrulla tu grata memoria,

ni es tu fama la fama ilusoria

de un fugaz y apagado incensario.

 

Si tu vida extinguió el retroceso,

tu brillante y audaz pensamiento

Será estrella polar del progreso.

 

Y veremos cumplido tu ideal

Cuando flote, orgullosa, en el viento

La bandera de la Unión Nacional.

Amanda Castro

“La niña”

Con tus ojotes

me mirás desde tu esquinita

-ese lugar

donde se tejen los versos

y el amor-

quiero tocarte pero no puedo

Aprendiste demasiado temprano

que no podías confiar en nadie

y cuando me acerco huyes

-huyes cuando se acerca cualquiera-

Antes de descubrir las palabras

ya conocías el dolor del abandono

desde entonces te habitó la amargura

nunca tuviste tiempo para sentir un pecho

y nutrirte de amor y de esperanza

te quedaste suspendida

en el espacio del deseo

-deseo de ser deseada-

Más tarde vino lo más violento de la vida

la persona en quien más querías confiar

te enseñó esos juegos secretos

que te arrancaron el habla

y la cordura

el amor ya no era una cosa linda

sino un dolor que violaba

la pureza de tus manos

descubriste esa esquina de lugares mágicos

donde el tormento y la angustia no existían

Te separaste de todo

-de mí, más-

Te volviste sombría

Todo te hacía sangrar

las primeras heridas

Hoy te veo en tu esquinita

pidiéndome a gritos

que no te deje morir

y sufro al no poder

darte explicaciones

mis ojos se acobardan con los tuyos

Tampoco comprendo

cómo se puede rechazar a un recién nacido

cómo se puede violar la inocencia

de alguien que nos quiere

cómo se puede matar a un niño

Todos vivimos alejándonos

de la vida

aprendiendo a matar

-odiándonos-

Pero hoy

con tus ojotes de luz

nuestra esperanza crece

igual que los versos en tus manos

Vivo

en espera del día

en que podré abrazarte

ya no te niego

el derecho a la rabia

ni las palabras

hemos descubierto

el amor.

Juana Pavón

“Maldad y locura”

Definitivamente

mi locura

radica

en odiar la maldad

que me obliga a ser mala.

 

Los ángeles

que circundan mi cabeza

preceden

a un anatema

o a un perdón.

 

Simplemente

el bien triunfa

sobre mi maldad

obligada.