Poemas recomendados de Ecuador
Embárcate en un viaje lírico a través de la diversidad y riqueza de Ecuador. Este mes, exploramos versos que evocan desde los majestuosos Andes hasta la inigualable costa, pasando por la profundidad del Amazonas. Cada poema es una ventana al alma ecuatoriana, reflejando sus tradiciones, pasiones y paisajes. Con voces consagradas y emergentes, esta selección te invita a descubrir la esencia y el encanto de una nación en cada estrofa. ¡Déjate seducir por la magia de la poesía ecuatoriana!
Efraín Jara Idrovo
“Amarga condición”
El mar está ahí.
El agua de por sí es evidente:
elástica y compacta,
se deja estar, indiferente, en su volumen.
El caballo está ahí.
¡Indeleble presencia!
Tiembla el bosque en sus ojos,
cuando huele a la yegua…
¿Qué sucede contigo?
Sólo menguas en vez de acrecentarte,
como un río,
cuyo caudal exiguo,
lo hará languidescer en las arenas.
Crees fijar la espléndica
diadema de los astros
y ya es otro quien se obstina en la imagen:
el que, sí es, no es el mismo,
el que al brillar se extingue
para recomenzarse.
Fernando Cazón Vera
“Apacible misterio”
Qué pensará de mí la humilde bestia
que come hierba y que espanta moscas con el rabo.
Qué pensará de mí, digo, si me viera llorando
cuando a su lado cruzo bajo un cielo sereno.
Ella que tiene tiempo de pensar, ella que pasa
tranquila y silenciosa por los verdes potreros.
Tal vez no le enseñaron todavía a ser triste
y es buena porque nada tiene que hacer por ella.
Pero ha de pensar algo si me viera llorando,
tal vez de otra manera, imaginando otras cosas
sin asombro ni lástima.
Pobre de mí que lloro, feliz de ella que pasa
tras su misma mirada tranquila las moscas con el rabo.
Arturo Borja
“Madre locura”
¡Madre Locura! Quiero ponerme tus caretas.
Quiero en tus cascabeles beber la incoherencia,
y al son de las sonajas y de las panderetas
frivolizar la vida con divina inconsciencia.
¡Madre Locura! Dame la sardónica gracia
de las peroraciones y las palabras rotas.
Tus hijos pertenecen a la alta aristocracia
de la risa que llora, danzando alegres jotas.
Sólo amargura traje del país de Citeres…
Sé que la vida es dura, y sé que los placeres
son libélulas vanas, son bostezos, son tedio…
Y por esto, Locura, yo anhelo tu remedio,
que disipa tristezas, borra melancolías,
y puebla los espíritus de olvido y alegrías…
Luz Elisa Borja
“Dulce es llorar”
Dulce es llorar cuando afligida el alma
no encuentra alivio en su dolor profundo;
son las lágrimas jugo misterioso
por do fluyen las penas en el mundo.
Lágrimas hay que nacen de contento
y otras que brotan al peso del dolor;
dulce es llorar también emocionada
cuando está enfermo el corazón de amor.
Alicia Yánez Cossío
“Hojas”
El viento barre las hojas secas
de las acacias,
y en el traspatio de la memoria
el tiempo barre las horas muertas.