Poemas recomendados de España
España, tierra de una historia rica y diversa, ha dado vida a poetas cuyos versos han sido un reflejo de la evolución de esta nación a lo largo de los siglos. En este post, nos aventuraremos en el mundo de la poesía española y presentaremos a algunos de los poetas más destacados que han dejado una huella imborrable en la literatura de la Península Ibérica.
Javier Velaza Frías
“La habitación oscura”
Junto a tu habitación, la habitación oscura.
Vives en el umbral de su puerta invisible,
ordenando rutinas, clasificando horas
hasta el momento exacto. Eres el elegido
y has aprendido el arte de paladear la espera.
De pronto, algo te invoca por tu nombre. Y pasas.
La luz negra es silencio que ilumina el sonido
del prodigio. Lo palpas un instante. Y se va.
Y eso es todo. Después, sales de nuevo y vuelves
a esta vieja tarea de destruir el mundo.
Antonio Manjón Cabeza Sánchez
“La rosa retenida”
Ha caído un pétalo
y más que caen
de rosa.
La rosa un pétalo
de aire;
dos pétalos
de aire;
más pétalos
de aire;
una rosa
de aire
El patio como un cielo
a pleno mediodía
blandamente estrellado
por la doliente rosa
constelación de rosa.
Rafael Antúnez Arce
“Cada persona, un verso”
Nuestro deambular furtivo, errante
por la avenida de los altos chopos
que prestan paz al último descanso…
es un verso que unidos a las restantes
melodías compone un gran poema.
El grandioso poema de la vida,
el oscuro poema de la vida;
la vida, la pasión, el hombre, el mundo,
el desamor, la tinta derramada
sobre el rostro borrando sus acentos.
Y no podemos vivir sin acentos
que nos permitan campear las horas,
sin ilusiones cubos de colores
con los que entretener el negro hastío.
Tus ojos, los abrazos de tu sangre,
los libros por leer sobre mi mesa,
los momentos pasados entre amigos,
la breve música cuando te ríes…
son brillantes acentos de mis días
…y con la pluma cuento a cada instante
las sílabas que son de tu mirada.
Miriam Reyes
“Te tengo todo marcado”
Te tengo todo marcado
como un yacimiento arqueológico.
No es extraer los restos de ti lo que persigo
-ruinas de una ciudad tallada en la arenisca-
lo que quiero es penetrarte
taladrar la piedra de tu cuerpo
y este sexo cóncavo de mujer
se vuelve inútil para mi deseo.
Cavo en tu ombligo
para entrar por el flujo de tu sangre.
Vacío mi espíritu como aire en tu boca
y te observo respirarme.
Ya sé que no necesito de piel para tocarte
no es eso
lo que yo quiero es hacerme
una cueva en tu cuerpo.
Flexiono tus rodillas bajo mis axilas
como los brazos de un taladro.
Las aceras que rompo
son las de tu calle.
Con mis pestañas barro
el polvo que levanto de tu frente
y no me detengo hasta que soy tú
y tu sexo es el mío hasta que soy yo
quien está dentro.
Patricio Benito
“A tiro”
Alejo mi cuerpo del tuyo,
aunque mi alma siga en él.
Aunque se adhiera
a tu ser,
a tu recuerdo,
aunque se imante a tus huesos.
Intento atraer mi mente hacia otro lugar:
más calmado, más iluminado,
más alejado de ti.
Por inercia te olvidará,
no queda otra.
Tus rincones no son habitables:
son oscuros y húmedos,
agrestes y escarpados;
en ellos siempre se está a tiro.
No hay quien se sienta segura
en este amor
que abre la ventana solo a ratos,
airea la alcoba y la tristeza,
y vuelve a expulsarme de allí.