Poemas recomendados de Uruguay
“Les invitamos a sumergirse en la poesía uruguaya, un universo literario que resalta la riqueza cultural y el talento de sus poetas. En esta selección, encontrarán versos que exploran la identidad uruguaya, celebran sus tradiciones y retratan la belleza de sus paisajes. Déjense envolver por la magia lírica de Uruguay, un canto que refleja la diversidad y riqueza de nuestra tierra sudamericana.”
Enrique Amado Melo
“Mi madre”
Viniendo de la huerta
en la mañana
– cesto su delantal de frescas hortalizas-
era la anunciación del buen almuerzo.
Y más temprano aún,
con dos baldes de espumosa leche,
entre cantos de gallos y luz rosada,
era ya la mujer buena
pensando en la existencia de los suyos.
Ella iniciaba la mañana
y la ponía en movimiento;
y era el despertador puntual y grato
que de algún modo
me anunciaba el día
con un trajín de vajilla
y el yis-yis de la escoba
aseando el patio.
María Eugenia Vaz Ferreira
“Tu rosa y mi corazón”, La Isla de los Cánticos
Antes que entre tus labios y mi oído
el ciprés del silencio, largo y mudo,
alce su quieta cima,
de tu palabra en el cristal sonoro
dame una roja rosa, que será
por tu lirismo y tu carne fragante
rosa de amor humano y rosa mística.
La prenderé en mi pecho
sobre la palpitante rosa mía,
y del perpetuo beso el tibio roce
esparcirá sus perfumadas ondas…
Hoy,
ebria de aroma me será brindada
la belleza infinita…
y en mi larva fugaz cuando se apaguen
los armoniosos éxtasis
me envolverán las perfumadas ondas
en su mortaja amante y siempreviva.
Dame una rosa, antes
que el ciprés largo y mudo, entre nosotros
alce su quieta cima…
Concepción Silva Bélinzon
“La colmena”
Dice mi corazón que tiene dueño
el vocablo mejor, para llamarte:
lo que pasa allá lejos no es un sueño
sin responder, yo sé dónde escucharte.
Del eclipse de sol también me empeño
especie de dragón en cualquier parte:
riquísimo señor a quien desdeño
un manojo de llaves, su estandarte.
Bien limpia y bien cerrada la colmena;
coleccionaba gatos y recuerdos
acaso más hermosa entre la arena…
De espaldas y de frente más arriba:
fijaremos los últimos acuerdos
los que beben sin sed a la deriva.
Ida Vitale
“Este mundo”
Sólo acepto este mundo iluminado
cierto, inconstante, mío.
Sólo exalto su eterno laberinto
y su segura luz, aunque se esconda.
Despierta o entre sueños,
su grave tierra piso
y es su paciencia en mí
la que florece.
Tiene un círculo sordo,
limbo acaso,
donde a ciegas aguardo
la lluvia, el fuego
desencadenados.
A veces su luz cambia,
es el infierno; a veces, rara vez,
el paraíso.
Alguien podrá quizás
entreabrir puertas,
ver más allá
promesas, sucesiones.
Yo sólo en él habito,
de él espero,
y hay suficiente asombro.
En él estoy,
me quede,
renaciera.
Amanda Berenguer
“La invitación”
Un adónde de sombra, un pozo vivo
graznando como un pájaro violento,
a veces me aparece a la hora incierta,
al alba fría, espantadora de otras
criaturas, y me empuja de nuevo.
Porque yo estoy demás entre los seres
que usan la alborada, estoy de sobra,
triste junto a la mesa recién puesta
de la resurrección. Ah! no podría
a mi antojo domesticar la angustia,
hasta hacerle sangrar la alternativa
de una estrella brillando sobre el día.
Acaso voy entre soñada y muerta,
arrastrando una historia donde tiembla
la cabeza muriente de la luna,
pero llevo el anillo, esa corona
del otro reino, para no olvidarme.